domingo, 13 de febrero de 2011

EL SANTO CRISTO DEL BOTICARIO por Jodar Montanes


¡Hola¡,si me permitís voy a contar lo que le sucedió a  mi abuelo don Ramón en 1950,boticario del pueblo en la farmacia traspasada de su padre. Los domingos tenía una especial manera de despachar las medicinas,prescritas por el Seguro de Enfermedad ,y ofrecer sólo este día, un servicio complementario al pueblo con la ayuda de Nuestro Doloroso Jesús "El Manquito",un crucifijo superviviente pero maltrecho, del asalto y quema de la iglesia del pueblo,en los días que siguieron al 18 de Julio de 1936 por parte de anarquistas de las FAI.

Todos los domingos tras la misa de doce, las ancianas al salir de la iglesia, solían acudir presurosas a la farmacia de don Ramón. Pero sólo las que habían sido despachadas durante la semana anterior por alguna receta. Accedían a una suerte de rebotica/capilla, y de rodillas le pedían a "El Manquito" que obrara en consecuencia. La mala calidad de los medicamentos del Seguro, obligaban al cristoéste  a escucharlas ,luego quizás a conceder la gracia a la anciana que  lo mereciera. Estos milagros son calificados ahora como sugestiones. La encargada de este menester era mi abuela,doña Gabriela Ugarte,donde anotada en una libreta, tenía el nombre de las beneficiarias con derecho a estas rogativas.

A los ojos de un forastero. El contemplar la escena que cuento, le llamaría la atención: Una patulea de viejas enlutadas al salir de misa protagonizaban una alocada carrera,desde la iglesia a la puerta de la botica. El extraño tendría plena libertad para elucubrar ; ¿será pajar en llamas?,¿una comadreja degollando gallinas?,¿unos amantes clandestinos sorprendidos en plena faena en las eras?,etc .Don Ramón se preocupaba que la población estuviera debidamente protegida, de los peligros progresistas de la Internacional Judeo Masónica,el gran insomnio del Invicto Caudillo. La fidelidad política de mi abuelo a su amado Franco,la demostraba orgulloso en una lápida de mármol blanco labrada a cincel por un marmolista, y fijada en el dintel de la puerta de su botica con esta inscripción:

"Francisco Franco Bahamonde. Primer Vencedor del Comunismo,en los Campos de Batalla"

Don Ramón de joven estuvo cuatro año o más cursando "latines" en el seminario. Iba para el sacerdocio,pero lo suyo no sería el vestir por la cabeza la sotana, porque dejó el seminario. Continuó con la tradición familiar de hacer la carrera de Farmacia,sin variar un ápice su apología a la fe. Cuando cambió la titularidad de la farmacia,al día siguiente ya estaba muy temprano aporreando la puerta de la casa rectoral : que le vendiera o regalara el cura aquella imagen falta de un brazo, y olvidada en el trastero de la sacristía. .La arregló con alguna que otra prótesis falsa, pintó y puso colgada en la rebotica. El recompuesto cristo ya tenía un nuevo trabajo: de colaborar, en la efectividad de las medicinas que expendía mi abuelo a los asegurados. De esta manera luchaban los dos ,contra la adversidad de tener mala salud los habitantes del pueblo.

A las ancianas del pueblo, es que les encantaba postrarse ante aquella imagen. Un domingo se encontraron éstas, que estaba primero en la cola para pasar a la rebotica Julio,el hijo menor del "Conejero" a valerse de aquel servicio sin haber comprado medicina alguna la semana anterior. La presencia del mozo originó un tenso malestar entre las pedigüeñas : su padre fue uno de los adeptos a la causa de Buenaventura Durruti, los que profanaron la iglesia. De no ser por su madre Leocadia,que trabajaba de interna en casa del jefe provincial de Falange,el muchacho no hubiera estado allí, hubiera llevado algunos años su progenitor abonando las malvas de la tapia del cementerio del pueblo,o los cardos borriqueros de una cuneta cualquiera.

Pio Baroja,escribió en su día: " El hombre nace con dos alternativas respecto al azar; la torcida y la derecha". Julio tenía ese día a partes iguales de las dos: don Ramón,ese domingo amaneció acatarrado, y permaneció en cama. De encontrarse bien, mi abuelo no le hubiera negado la entrada;  le habría mostrado una cara de  pit-bull, y el hijo del anarquista persuadido, no se hubiera adentrado en la rebotica milagrosa.

Pero fue poco el tiempo estuvo Julio ante "El Manquito".No se postró ante él como era obligatorio; de la rebotica salíó el grito de mi abuela doña Gabriela Ugarte, seguido de dos dramáticos ¡ay,ay¡, el hijo del "Conejero" salía tambaleándose, manando sangre por la cabeza como un toro de lidia en el tercio de varas.

A la zaragata que se formó,don Ramón bajó muy nervioso preguntando qué había pasado. Doña Gabriela Ugarte estaba sentada en su butaca presa de un “vitangillo”.Con ambas manos tenía asido el pesado recogedor de hierro de las cenizas del hogar.

Al cuarto de hora, la guardia civil, los "miguelicos".

-¡Buenoh diah...,¿se pué sabé,qué coño ha pasao aquí?,nos han avisao,que de la botica ha salío uno con la camisa liá en la cabeza, y que va exando los sesos por la boca.

Mi abuelo,se dirigió al que era el de más graduación.- Hágame usted un favor: présteme su mosquetón de reglamento,que el peine de seis balas se las disparo en menos que canta un gallo, al hijo menor del "Conejero".

-¡Aquí naide¡.-le responde hoscamente el cabo de la Benemérita.-se va a liá a tiroh.¡Jacintooo,vete exando a la calle a estas agüelas¡.¡Que se vayan pa su casa a fregar loh plato, o que barran el corrá¡.

Dos tazas de valeriana fueron necesarias para calmar a doña Gabriela Ugarte. Le dejaron los labios escaldados. Vuelta en si, en el suelo dejó la badila de las cenizas, se ajustó los quevedos en la nariz,y le dijo al guardia por el zafio carácter que mostraba:-¡Ni se le ocurra,delante de nuestro Jesús "El Manquito",decir una palabrota,o una irreverencia¡.

-¡Señooora: a mi dinguna muhé me manda¡,lo que va hacer ahora es contá toa la verdá, ¿cuantas veceh ha agredío con "eso" a la víctima?.

-¿Yo?.- Respondiendo mi abuela con desdén.-¡Las justas y necesarias¡, ¡ni una más,ni una menos¡

El cabo sorprendido por aquella lacónica respuesta-¿No pensó,que lo podía habé dejao má tieso que un ajo?, ¡joéee¡

-¡Me importa un carajo.-Mi abuela poniéndole virilidad a su confesión, toda una Ugarte-Pero ese rojo no entra más a mi casa a rogarle a nuestro cristo: Tu que eres famoso haciendo milagros,a ver si al salir de aquí me pones en la calle un billetico de mil pesetas,que tengo ganas de....

-¡Ganah de qué, ¿de comprase unos apargates pa la romería?

-¡De gastarse mañana el billete en esa casa de malas mujeres¡.

1 comentario:

Pedro Jódar Montañez dijo...

Se firmó como Acebuche,luego si se quería buscando por el teléfono quien era,por favor mi nombre completo es Pedro Jódar Montañez.

Se que a la primera todo no puede salir perfecto,pero la cosa esta que se tenga en cuenta,entiendo el trabajo extra que tenéis por darle vidilla al blog este,donde tengo la fe ciega que la Cía tiene de trabajadores potenciales nominados al premio nobel de literatura,dada la buenísima calidad literaria de los participantes ganadores.

Y claro,los mejores los premiados ,unos fenómenos que me encantó sus escritos y de los que disfruté mucho con su lectura.

Dentro de nada,quien sabe si en Estocolmo alguno se ve allí....quien sabe.

Si señor,una genial iniciativa,que demuestra la clase de gente que tiene en España los ricachones árabes que la han comprado.