miércoles, 28 de enero de 2009

LOLA


Hay personas que se elevan por encima de todas las calamidades, gente que no es que tenga mala suerte ni que sean imanes del infortunio, es que no lo sortean cuando éste les sale al paso, porque siempre eligen caminar erguidos.
Hay otro tipo de gentes, que en las mismas circunstancias bucean bajo las desgracias y tormentas, a veces hasta tejen ventajas sobre los escombros, incluso sobre el mal ajeno. Su fe es la supervivencia.
A ambas personas les une una cualidad: la dignidad o en su caso, la ausencia de ella.
Mi abuela Dolores formaba parte del primer tipo.
Lola, así la llamaban todos, era viuda joven, con dos hijas a criar y un futuro incierto a desarrollar.
La mujer del Herrero vivió en tiempos de convulsiones políticas y de presiones inmovilistas, pero a ella nunca se la vio derrotada ni abatida, ni siquiera se la vio jurar y menos aún llorar. Tampoco tuvo confidentes ni corralillos donde descargar, estaba sola y ella lo sabía. Dolores sin embargo aparentaba la fortaleza de los guerreros, tenía cabello largo, negro como la pez, unos ojos tan vivos como el fuego de su antigua fragua y una sonrisa cargada de ternura que hipnotizaba a los que rodeaba.
Cometía un error terrible, así se comentaba por la noche en las alcobas de los vecinos, un buen hombre podría arreglar lo que a buen seguro era “su” desgracia.
Pero a Dolores no sólo le dolían los huesos, las agujas que nadie veía perforaban el fondo de sus entrañas, atravesaban su corazón y se reflejaban en sus pechos solícitos, a los que muchos miraban. No quería otro Herrero que acallara el fuego interno, que apagara los rescoldos del alma, simplemente quería vivir, vivir sin más, que la dejaran en paz...y ¡soñar!
Una tarde llegaron al pueblo montados en camiones, una avanzadilla de jóvenes uniformados, decían que venían a restablecer el orden divino y humano. Cantaron himnos y rezaron, dieron consignas a correligionarios y a mas de uno le llevaron a ver un Sol lejano; Hablaron en la Plaza del pueblo de un dios, de una sola patria y de una familia autentica y algunos de los que allí estuvieron cuchichearon puñales silenciosos: “La Lola”, “La del herrero”.
Cuando llegaba la noche y las niñas tenían pesadillas se metían en la amplia cama y Dolores que siempre guardaba en el rincón de su armario una gran porción de ternura les decía: “No preocuparos, el Sol da en la cara a todos y todas y el verdadero Dios no tiene banderas, esta en todas sus criaturas hasta en los que no respetan y que lo importante, lo importante, acordaros, es luchar por lo que se cree y vivir con dignidad”. Cuentan en el pueblo que un día aquella mujer y sus dos hijas desaparecieron, no dijeron nada, tal vez se fueron, o se las llevaron o...Pero también me dijeron unos cuantos, que aquella mujer y sus vástagos no murieron, que más de una vez fueron ejemplos de hombres y mujeres que no se doblegaron.
Leí en los libros y periódicos, que hubo una mujer, también por aquella época, que con pasión gritó a los cuatro vientos “Es preferible morir de pie que vivir de rodillas”, aunque en honor a la verdad, no sé si fue mi abuela Lola, o alguien que como ella entendió: Que lo primero es lo primero. Al fin y al cabo, sinceramente, que más da...¡Hay tantas Lolas!.

martes, 27 de enero de 2009

40 inviernos 40 primaveras



Cuando tuve 6 años, sólo me importaba montar en bici y jugar con mis muñecas, "hacer castillos en el aire"; Cuando llegué a los 15 años "creía en el príncipe azul" todo él amable y robusto a la vez; Cuando alcancé los 25 "construí muchas ilusiones" a base de fusionar ahorros y compromisos. Pero, es ahora, por primera vez en mi vida, cuando empiezo a constatar que estoy en un punto de inflexión y de equilibrio, un sentimiento de madurez que me hace sentir que estoy pisando suelo, que sobrevuelo las tempestades que llevamos dentro, que rozamos las miserias en las que nos apoyamos para seguir viviendo sin apenas mancharnos.

Tal vez sean los cuarenta veranos vividos, al cien por cien, o los cuarenta inviernos que he creído sufrir, pero hoy con mis cuarenta y tantos, desde este lujoso día que me permite mirar hacia atrás y proyectar hacia delante, desde mí sentir que estoy a mitad de camino, desde mi feminidad que más que Género, es un adjetivo que impregna lo sustantivo de la vida; Hoy, como decía, presiento que necesito imperativamente una nueva gasolina, tal vez una escapada al Caribe, llenar de nuevo el depósito para poder salir hacia delante, retomar la ilusión de los quince o los sueños de los veinticinco, reemprender el camino sin necesidad siquiera de llegar a la cumbre, respirar cada instante, bañarme de cada momento, absorber todo el color que manda nuestro Sol o integrarme en la madre Tierra, convertida yo en pura esencia. Es ahora cuando puedo, o al menos me lo planteo porque en los tiempos pasados, las ilusiones, quedaron diluidas en la necesidad de "tirar hacia delante", en la lucha del día a día de tus hijos, tu trabajo, tu casa, tu marido, TÚ, TÚ, … y demás. Pero ¿y ahora qué?, ¿a que aspiramos?, ¿hacia dónde vamos?. Tal vez a convertir tu utilitario en un último modelo o tal vez como dicen algunos, llegar al culmen del no hay mas y poseer una Super casa con solarium, piscina, garaje y jardín Zen. ¿Es ese el sentido final?, ¿Es nuestra prolongación de la vida convertirnos en eso?, ¿en una burbuja maravillosa?, ser una triunfadora o triunfador que sus necesidades las transforma a golpe de talonario…que cada uno se examine a si mismo en el fuero mas interno.

Este privilegio de pensar, porque pensar, de verdad es un privilegio, de plantearme lo que he vivido y sobre todo en lo que quiero vivir, hace que me sienta viva, muy viva y este acto egoísta entre comillas, de pensar en una misma y que es tan, tan necesario, me permite ver que he de seguir caminando por el mismo sendero; Y es que tengo tan claro que mi futuro feliz no está en la lejanía de los tiempos, cuando no tenga nada que hacer-que estupidez- o en incrementar mi cuenta en los bancos para el por si a caso.
Quiero seguir viviendo en mis carnes, lo que tanto dulzor me ha dado en mis entrañas y que lo sentí especialmente cuando di a luz en ese acto doloroso e increíble de entrega, de sentimiento de que nada das, si no te das a ti misma. Es esa vivencia la que me permite que no escabulla, ni rehulla el bulto, de vivir las necesidades de la persona que tengo a mi lado, incluso de aquella que está a dos aceras de mi puerta.

Me he dado cuenta que el sentido de la vida, no está en la lejanía, al otro lado del Charco, sino que la propia vida, el caminar por la misma y el vivir y convivir con el que está a tu lado, hace que vida y sentido de la misma, se integren o se diluyan en un mismo concepto.

Al final, como siempre, he cogido el toro por los cuernos y me he dicho a mí misma: aquí estoy con lo que soy y que me echen otros cien inviernos con sus veranos.

Sólo me ha faltado el viaje a Cuba, pero…que quieres que te diga, también percibo, que con el que comparto mi vida, sufro, disfruto, sueño, me aburro, proyecto, en definitiva aquel al que amo (que también tiene sus cuarenta y tantos) y que también sueña con su Caribe particular, a menudo me coge mi mano, algunas veces con ternura y otras tan sólo por costumbre y me mira a los ojos y "sin hablar", me dice:
"No te vayas a Cuba porque" estoy a tu lado.

martes, 6 de enero de 2009

porque soy ECOLOGISTA


¿Por qué soy ecologista?

1.-Apuesta por la Paz, la Justicia y el respeto medioambiental
2.-Apuesta por el crecimiento… pero sostenible
3.-Oposición a la carrera armamentista, al tráfico de armas
4.-Oposición nuclear
5.-Apuesta por la energías limpias
6.-Superación del concepto político de derecha o izquierda: “somos ecologistas”
7.-Apuesta por “Gaiazar” al ser humano
8.-Todos somos hijos de la tierra, sin distinción sexo, religión, color etc
9.-Piensa Globalmente, actua localmente

¡que NO a la energía nuclear!




Y DALE....
¡que NOOOOO!,
Y SI LO QUIERES:
En tú salón,
que no en
NUESTRO planeta

sábado, 3 de enero de 2009

Botín es mi héroe ¿o no?



Opinión-LA TRIBUNA DE GUADALAJARA
23/12/2008
Botín es mi héroe, ¿o no?
Miguel Ramón Gil

En el mes de octubre y ya conocedores todos de la crisis que se nos venía encima, nos sorprendía la noticia que anunciaba la agencia Efe «Banco Santander confirma la compra del banco estadounidense Sovereign, en una operación valorada en unos mil 900 millones de dólares». Es decir, que D. Emilio Botín, presidente del Banco Santander, con su natural agudeza en los asuntos de los dineros, era capaz de tomar la iniciativa y tomar posicionamiento en el mercado estadounidense y mas concreto en el sector de banca Comercial en un momento de crisis, en un momento donde los agentes económicos no mueven ni un ápice los capitales no sea que…
Aquello era la bomba, y encima un español, un banquero cántabro «¡Es mi héroe!, mi referencia de persona emprendedora y valiente», llegaron a decirme en la cafetería de mi trabajo y a mí, sinceramente, aquella afirmación, me hizo pensar.
Es verdad que mi orgullo patrio se elevó unos cuantos grados, pero también es verdad que pensé, ¿y qué? ¿En qué me afecta?, ¿Qué es español el señor Botín? ¿Ése es el fundamento de mi orgullo?, porque no te engañes chaval -me dije-, todo este movimiento de capital, sea proveniente de quien sea, perpetúa el estado del modelo económico actual, el de siempre, donde seguirán existiendo las diferencias entre el primer y el tercer mundo, entre el habitante de la Moraleja y el de Alcobendas, el modelo donde se sigue explotando la tierra y a quienes lo habitamos, donde se inventan necesidades innecesarias por los mas avispados, donde el que ha tenido la suerte de nacer en un paralelo tendrá más suerte que el que ha nacido unos kilómetros más a bajo y porque se sigue viviendo, en definitiva, por encima de las propias posibilidades, sobre explotando la tierra, los mares, contaminando las aguas y el aire, destruyendo bosques, creando nuestras propias burbujas de bienestar a cambio del perjuicio de los demás.
Éste es el terrible modelo al que nos hemos acostumbrado, a la destrucción y a la degradación del entorno y con él, al ser humano. Y no nos engañemos porque no es un tema de regímenes políticos o de sistemas económicos, bien sean liberales o socialistas, demócratas o dictatoriales… es un modo de ser que tenemos dentro de nosotros mismos, ¡perdón!: de alguno de nosotros mismos. Unos lo llaman Darwinismo, otros depredador natural, y otros decimos que eso no es natural.
El Señor Botín, D. Emilio, no es culpable (o inocente) más de lo que podamos ser el resto y sino, no hay mas que mirar a nuestro alrededor, en nuestra casa misma, en nuestra habitación tal vez. ¿Cuántas televisiones tenemos, o cuántos móviles, o cuánto exceso de calefacción utilizamos o tal vez de aire acondicionado y cuánta comida tiramos a la basura o cuánta ropa hemos comprado que tan sólo hemos utilizado en una ocasión? Está claro que no vivimos en una burbuja y que el coche así como el móvil o el portátil se han convertido en un artículo de primera necesidad pero también es verdad que el modelo actual nos está empezando a pasar factura, ahora bien la pregunta que nos debemos hacer o no, es: ¿de verdad queremos cambiar?
Es el propio ciudadano el que sigue sin ver la necesidad de un cambio radical, porque sigue asumiendo la tesis de que «aquí no pasa nada» que todo son exageraciones de personas ‘raras’, de ecologistas de barba larga, o misioneros de la exageración; siguen creyendo que la propia tierra será capaz o es capaz de regular la acción predadora del ser humano
La crisis económica mundial ha dado, no nos engañemos, tan sólo un pequeño toque de atención a las economías reales de las personas, de los occidentales acomodados, diría yo. Esa crisis de ‘toque en el cogote’ ha hecho temblar a más de uno, pero sin llegar a cargar sobre los cimientos del sistema productivista. «En un par de años se vuelve a crecer a base de ladrillo y hormigoneando lo que se ponga por delante», te dicen.
En definitiva, se siguen poniendo tiritas a una realidad de futuro obscuro y que los diferentes regímenes son incapaces de solucionar.
Resumiendo y desde mi sillón cómodo, desde mi ordenador último modelo, con mi calefacción puesta en grado agradable, es desde donde yo me pregunto ¿por qué no ha de ser Botín mi héroe?

EL ANGEL SIN SOMBRA



EL ANGEL SIN SOMBRA
Completas
Nunca le había resultado agradable viajar y menos aún si el motivo era por trabajo, como siempre que salía terminaría durmiendo agarrado al almohadón y con la televisión de la habitación encendida pero sin sonido. ¡Terribles habitaciones de Hotel, siempre tan frías! –suspiró-
“En estos momentos nos encontramos a unos siete mil quinientos metros de altura, estamos pasando sobre el Canal de Suez, famoso no sólo por su obra de ingeniería sino también por las luchas que...”
La voz del Comandante sonaba lejana y metálica, pero era la señal, lo pactado con el Señor enigmático.
El tal Jota, así firmaba, lo dijo claramente, sólo abrir en el momento oportuno. El que paga manda, así es la vida –reflexionó-. Abrió el maletín y saco un sobre tamaño folio, quitó el precinto lacrado “es un clásico” recordó apuntar en su libreta de tapas negras, dentro un mapa con una cruz roja: Oasis de Farafa y un pueblo o aldea marcado con un círculo también en rojo. Apartó el mapa y leyó cuidadosamente una carta manuscrita del Señor Jota; Le recordaba lo que debía de hacer: “Sr. Griel su punto de destino como sabe es Egipto, pero su viaje como es lógico, no va a consistir en recorrer el Valle de los Reyes, sus monumentos funerarios, etc, su misión es acudir a un famoso pueblo situado al Sur Oeste del Cairo, cerca de un Oasis, en este enclave irá recibiendo pistas que le encaminarán a nuestro objetivo. Es muy importante que siga las instrucciones que le adjunto, es básico que usted esté en dicha aldea el día cuatro de Octubre. Saludos y espero tenga una buena estancia. Firmado Señor Jota.”
En el reverso del folio había claras instrucciones perfectamente numeradas y detalladas, las leyó un par de veces memorizándolas a continuación.
-Al menos sé que el viaje va a ser de tres días, que detalle por su parte. Un intermitente amarillo se encendió en el panel que tenía en el techo de su asiento. “Abróchense los cinturones”, miró por la ventana, era de noche, poco podría hacer ya, apuró con placer las últimas gotas del zumo de naranja y se ajustó a continuación al asiento que ocupaba, dejándose mecer por las maniobras de aproximación al aeropuerto.



Laudes
La noche había sido mala, daba lo mismo que hubiese cenado frugalmente, casi no había pegado ojo, las ojeras así lo atestiguaban, algo en su interior se revolvía, un sabor amargo en el paladar cuestionaba la misión.
Un par de horas a lo sumo, ese era el tiempo que su mente le había dejado descansar. Por otro lado tenía asumido el quebradero de cabeza que suponía comenzar una misión. Siempre era lo mismo, repasar, fijarse en los detalles, dar una oportunidad al instinto para finalmente sacar conclusiones..
Pero aquel trabajo era diferente, él perseguía a “los malos” en sus múltiples facetas: ladrones, asesinos, violadores, extorsionadores etc, y aquello no encajaba en las ofertas de la Agencia. Intentó recordar la conversación telefónica de hacía una semana. “Sr. Griel, me han hablado muy bien de su Agencia, pero especialmente de usted, tengo entendido que no dejan caso sin resolver y eso nos da una gran confianza en su profesionalidad.
Sin duda han sido clientes que han quedado satisfechos –le contesté- Bien es verdad que existen otros que hubiesen deseado mejores resultados. –un poquito de humildad no hacía mal a nadie pensé-
-Tiene que haber de todo, no obstante creemos que usted podría ayudarnos en nuestro objetivo, una misión especial, sin riesgo físico y le aseguro que bien pagada.
Aquello desde luego sonaba a miel, aunque uno no se podía fiar de las apariencias, bien lo sabían en la profesión.- Pues usted dirá-.
-Buscamos a un hombre bueno que ha perdido la memoria.
Al otro lado del teléfono se escuchó el sonido casi imperceptible del correr de un riachuelo”
Había repasado mentalmente todos los detalles, algo le inquietaba y no sabía que, algo no encajaba.
Por la mañana bajó al restaurante del Hotel desayunando copiosamente, el día podría ser duro, más valía recargar energías desde el principio.
La gente que estaba en el comedor eran Occidentales, ¿quién invade a quien?.-se preguntó-
Asfaw esperaba en la calle con toda la intendencia preparada, su guía era un auténtico profesional, al menos eso le habían dicho.
-El punto de destino está lejos, tal vez cinco horas, si quiere puede echarse una cabezada ahí atrás o contemplar el misterio del desierto en el asiento delantero, a mí me da lo mismo.
-Buenos días –le respondí-, si no le importa, prefiero ir de copiloto, si no le molesto claro. Con tal de llegar en fecha me conformo, ya sabe usted las instrucciones tan bien como yo - si había que ser frío en el trato, yo no me iba a quedar atrás.
-El día cuatro es el día que se celebra el aniversario del Ángel sin sombra-dijo de repente-
No pareció resentirse del picotazo verbal, -¿un ángel sin sombra?, ¿Qué es eso?
-Cada año se celebra su llegada, el Ángel es un hombre corriente que hace el bien, transforma la muerte en vida, las penas en alegrías, la destrucción en esperanza. Por otro lado es un ser normal que ni siquiera sabe que tiene ese Don o esa Gracia o...yo que sé. Alá el Infinito, el Misericordioso, le envía como consuelo a los mortales para despertar a los que están dormidos o muertos.
-Un hombre que hace el bien-repetí-, pero dígame, por qué dice que es un Ángel sin sombra.
El Jeep recorría mientras tanto la carretera interminable, atravesando un desierto del todo indiferente.
-La leyenda cuenta que un día, el Ángel, tuvo un encuentro con el Altísimo y éste le ofreció concederle un Don, pero él en su humildad rechazó tal prebenda. Una Gracia he de concederle, mas he de respetar su voluntad buscando la forma de dárselo-pensó Dios-. Finalmente Nuestro Señor encontró la solución, le otorgaría la Gracia que allá por donde fuese, su sombra y no él curase a los enfermos y diese esperanza a los desheredados, más nunca sabría quien hacía tal milagro ya que nunca vería lo que a su espalda tenía.
-Como leyenda no está mal, pero es un poco absurda pues, gran parte del valor de hacer el bien está en que los demás sepan que se está haciendo sino ¿de qué vale?.
-Asfaw le miró. -El valor del bien lo descubre cada uno en su caminar, si averiguas lo que significa ya no eres caminante, te conviertes en un peregrino, un ser que ya sabe a donde va, aunque camine. Esa misma pregunta se la han hecho muchos y es bueno, están vivos, otros aún están dormidos, pendientes de cualquier suspiro y muchos ni siquiera se la hicieron, están muertos. No habló mas durante todo el viaje, se limitó exclusivamente a indicar por donde transcurría.
El desierto contemplaba con parsimonia el recorrido del vehículo.
El oasis era considerable, aquello era un pueblo grande, estaba amurallado. Recinto histórico artístico había leído en una guía; Cruce de caminos, encrucijada de civilizaciones, modelo de tolerancia, había leído en otra. El conductor tuvo la deferencia de recorrer su perímetro indicando los sitios que tenían especial relevancia.
-No se pierda la Plaza de los Espíritus, merece la pena, tal vez le dé alguna pista.
El Hotel era sencillo, tenía una situación privilegiada. Desde la habitación que le había tocado en suerte, podía contemplar la plaza central, así como el alto minarete de la mezquita.
Antes de bajar a cenar, el investigador trató de poner en orden todas las ideas que había ido apuntando en su cabeza: Hombre bueno-no consciente-hacer el camino-día cuatro-un Ángel sin sombra-el valor del bien- el peregrinar de los que están vivos.
No encontraba el hilo capaz de unir todas aquellas piezas que le habían ido apareciendo.
La noche por otro lado invitada a pasear por aquel centro tan peculiar. La plaza de los espíritus era en realidad un lugar único, bautizado por la población con tal nombre, hacía referencia al emplazamiento de tres edificios sacros: la sinagoga judía, la iglesia cristiana y la mezquita musulmana. Parecía ser que los representantes de las tres comunidades se juntaban cada tarde a la caída del sol en un pequeño local donde compartían un té con unas pastas. Los feligreses del local decían que aquel centro se convertía en el auténtico lugar de ecumenismo de la tierra.
-Una moneda en el nombre de Alá –estoy enfermo y tengo hambre- le increpó un mendigo. Su estado era lamentable, su vestimenta andrajosa y la expresión de rostro era cetrina- El detective echó un vistazo a su billetera, tenía diez monedas sueltas, las manoseo, las palpó y finalmente soltó con vértigo cinco de ellas. Aceleró el paso, ya había hecho la buena acción del día. Pero un pensamiento le sugirió una idea. ¿Y sí?, ¿No será que yo..?. Tal vez sea yo.-se dijo- Torció su cabeza mirando nuevamente al mendigo, su sombra recaía sobre aquel al que había entregado las monedas –tonterías-pensó, -vaya estupidez se dijo a sí mismo. El mendigo retuvo la mirada, le estaba esperando, bien es verdad parecía más locuaz, más vivo, más.....¿sano?. -De diez que tienes, cinco te sobran -respondió- Nada das, si tú no te das, amigo
Aquel hombre se levantó del suelo, haciendo bailar las monedas entre sus manos, con total indiferencia se dirigió al local de la plaza de los Espíritus, mientras la sombra burlona le contemplaba. Cabizbajo retornó rumbo al Hotel mientras a su espalda escuchaba las risas de cada uno de los clérigos que en la tetería se encontraban.
El encuentro había despertado en el detective sentimientos contradictorios, los últimos acontecimientos le hicieron meditar creándole un cierto malestar; Lo primero la ingenuidad de pensar que él podía dar vida a la leyenda, algo inconcebible ya que para ello había que ser humilde y lo segundo no llegaba a entender el mito de la sombra, curar sin que tus ojos lo vean. El mendigo fue el remate, esta misión no es para mí.-se dijo- Demasiadas cosas raras, ¡yo abandono!
Pensativo caminaba rumbo al hotel, cuando alguien a su espalda le empujó, cayendo de bruces en el pavimento. No le dio tiempo siquiera a parar la caída con sus manos. El golpe en la cabeza fue fuerte. Se incorporó presionando la herida de la frente. ¡La cartera!, Se echó mano al bolsillo del pantalón, -me han robado, ya lo que faltaba- ¿qué más podía pasarle?, Miró en derredor, nada, nadie vio nada. Un ciclista pedaleaba a toda velocidad.
Llevaba un buen golpe en la cabeza, sentía unos pinchazos en las sienes, se mareaba. Nunca había recibido un golpe tan fuerte, bueno, tal vez sí.-pensó-Miles de imágenes le llenaban su visión, sin conexión aparente. Había leprosos, enfermos, desahuciados, heridos y gente agradecida. Un accidente de coche y un hospital. La cabeza le daba vueltas, se sentó un buen rato, estaba cerca de una de las plazas cercanas al Zoco. Quería ordenar sus pensamientos. ¿Dónde estoy?. Pasaron los minutos con su mente en blanco, había estado ensimismado sin saber el tiempo que había trascurrido, finalmente miró al reloj. Era hora de volver al hotel, descansar, dormir, dormir.
-Sr. Griel –le llamaban de recepción- un hombre, un pobre –se lo pensó- ha traído esta cartera y preguntado por Usted. Por cierto, si desea ayuda, tenemos un botiquín que ...
-¿Qué? –cogió la billetera, no puede ser, me la robaron, ...o eso creía.
-Puede comprobar si le falta algo señor, el que lo trajo tenía una pinta desarrapada, enfermiza, era un indigente conocido por su mala fama
-Sí, sí claro-. No faltaba nada, ni los documentos, ni el dinero. Dentro de la cartera había una nota manuscrita, parecían caracteres árabes. -lo podría leer por favor-, el recepcionista le miró,
-No sé si lo entenderá señor Griel, aquí pone: “De cinco que tuve, diez entregué” ¿Qué das si no te das?.
Es lo único que dice. Usted tal vez lo sepa interpretar Señor, señor Griel. Ya no le escuchaba, subía las escaleras como si llevase una carga pesada a sus hombros. ¿Qué estaba pasando?. El Sr. Jota, el enigmático ya le dijo que iría recibiendo pistas, pero nunca creyó que estas fuesen tan extrañas. ¿Y el objetivo?, ¿Dónde estaba?, ¿Quién era?. En el escenario de aquel teatro. ¿Que representaba él?, ¿La flecha o tal vez la diana?. Agotado se tumbó y durmió muy profundamente.

Vísperas
El despertador sonó a las siete de la mañana, pero fue hasta las ocho treinta cuando decidió por fin saltar de la cama. Vaya noche que había pasado, se dijo para sí mismo, iba a abandonar la misión, aquello le estaba costando la salud. Se asomó a la ventana, el frescor de la mañana desentumecía los huesos, pero notó algo extraño, un ligero temblor, la cama se empezó a mover lo mismo que la lámpara. No puede ser – se angustio-. El silencio en la calle era sepulcral, los gorriones tan pesados siempre, estaban callados, algo se avecina, pensó. Salgan a la calle, salgan, salgan. Alguien gritó desde la puerta, corran, es un terremoto. Pero la noche llegó de golpe, una oscuridad total se adueñó del pueblo. Calló al suelo, nuevamente se acercó al balcón, se agarró como pudo, la tierra temblaba, el edificio se movía, una sacudida, otra más fuerte, se oían ruidos de destrucción, otro latigazo. Y se hizo el silencio. Miró por la ventana nuevamente, el terremoto había sido devastador, apenas había durado minutos y las casas estaban derruidas, los templos, parecía, eran los únicos que resistían, los servicios de emergencia y los equipos de voluntarios aún no habían tomado conciencia de la magnitud del seísmo. Había que salir de allí a toda prisa. Tenía mucha sed, una sensación de resaca terrible, pero los grifos estaban secos. Bueno aún quedaba un poquito en la cantimplora, pero lo primero salir, se la colgó al hombro. ¿Qué hacer?, Bajó rápidamente las escaleras, tomando al vuelo su pequeña bolsa, dentro llevaba su documentación, la cámara de fotos, su incansable libreta de apuntes y un teléfono móvil sin cobertura.
En el Hotel no quedaba nadie, los turistas habían desaparecido, serían los primeros rescatados.
-Ayúdeme por favor, está mal herido –la voz venía del fondo, al lado de recepción. No se lo pensó dos veces, acudió a la llamada a riesgo que aquello se viniese abajo.
En el suelo estaba Asfaw, tenía una terrible herida en la cabeza, un individuo prestaba la primera cura, presionaba la hemorragia, pero aquello parecía no tener buena cara y al cabo de los minutos un último estertor surgió de su garganta, falleciendo acto seguido.
No podían hacer nada mas por aquel desgraciado. Salieron a la calle, era increíble, todo estaba gris, había polvo suspendido en el aire, gritos. ¿Era de día?
-Corra, corra lo malo de los terremotos es que repiten y eso es lo peor, corra, venga vamos. Estaba desorientado, en unos minutos todo había cambiado, no sabía que hacer.
-Agua por favor, oyó a su espalda, era una voz débil
-¿Eh? ¿Quién anda ahí?, Miró hacia atrás ¿quién es?¿, ¿Dónde está?
-Aquí, aquí, soy yo Asfaw, agua por favor. Griel no se lo podía creer, le había visto con sus propios ojos hacía escasos segundos, y le hacía muerto, estaba seguro. Sacó su cantimplora se la puso entre los labios y bebió. A Griel le ardía la garganta, tenía tanta sed como el herido, era la sensación de tener un estropajo dentro de la boca, pero había alguien que lo necesitaba mas que él. Le ayudó a incorporarse y apoyando su espalda en la pared, tragó lo poco que faltaba. El guía le miró a los ojos.
-Gracias, ¿ya te has dado cuenta verdad?, No puedes huir mas, tu misión ha terminado.
Era todo tan irreal, tan nebuloso, había tanto polvo y la cabeza le daba vueltas, los sonidos del silencio estaban vivos: dolor, angustia, miedo. Caminó hacia la salida y se paró en el umbral: Silencio. No había nadie en la calle, sólo destrucción, a su derecha oyó voces, había una puerta, antes no la había visto, estaba cerrada, empujó y se abrió suavemente. Notó una sensación de frescor, era agua, un riachuelo puro, cristalino, lento, muy lento, y a su vera había frutales, múltiples árboles diferentes.
-Adelante amigo, tienes sed ¿verdad?, Toma un vaso. Hacía tiempo no nos veíamos. ¿Ya te acuerdas?.Hace muchos años nos encontramos y te concedí un Don. ¿Te acuerdas Gabriel?. El ciclo de la vida, el bien y el mal, el principio y el fin. La sombra del ángel, aquel hombre que no quiso saber el bien que su sombra hacía. Y no lo veías. Un Don, que humildemente no querías. Pero ahora, ha llegado el tiempo del encuentro. Fuiste peregrino. ¿Estas cansado?.
Era un hombre alto, tenía barba y vestía una túnica blanca, transmitía una sensación de Paz, de infinita Paz. -Te habías dormido. Algunos creyeron que estabas perdido, pero tan sólo te habías dormido, un accidente de coche, fue una pequeña amnesia temporal mientras hacías camino. Necesitabas una llamada Gabriel. Bebe y descansa, esta es tu casa.
Gabriel miró hacia atrás. ¿Tanto trayecto había recorrido?. El sol le daba de cara y su sombra alargada se proyectaba más allá de donde él podía ver. Miró de nuevo de frente y asintió. Sólo había estado dormido.

EN EL MISMO ANDEN




LAUDES

Aceleró su paso mientras retenía la respiración más de lo aconsejable, a base de golpe de riñón consiguió robar cuarto de minuto el tiempo de llegada; Sin embargo, no sirvió de nada, el tren cerró sus puertas, literalmente, delante de sus narices, dejándole un sabor amargo en su paladar y un tufo a plástico en la nariz. ¡Como siempre!-se recriminó-
No se movió, no dio paso atrás, permaneció erguido y a pies juntos sobre la línea roja que demarcaba el peligro en el andén, mientras contemplaba en las ventanas que corrían, aquella imagen fija, alta, esbelta y de ojos tristes con abrigo verde que devolvía la miraba, su propia mirada, su reflejo.
Aquel tren se llevaba el presente, sus prisas y la de otros tantos, su música de mp3, su novela histórica de las que enganchan, su percepción de olores del que agarra la barra de sujeción cual alicate o de aquel que siempre casualmente parece que te está mirando sin querer, se llevaba en definitiva, la porción de tiempo que podía haber sido y que ya inevitablemente sería diferente.
Pero allí quedaba, devolviendo la imagen distorsionada por la rapidez con la que pasaba el tren, aquello que consideraba único, verdadero, puro, ideal, real: su alma, su ser, su presente.
Le vino entonces a su mente una corriente de imágenes de cobardías y valentías, de pasado, y de presente. Dio un paso atrás, cada cosa en su sitio –pensó- evitar peligros lo primero, “no cruzar la línea roja”, ese era el signo de madurez, ¿o no?
Miró a su alrededor y la vio, allí estaba, donde siempre, en el mismo lugar, pétrea, inmóvil, adormilada, ¿inconsciente?, en el banco de al lado de la salida, una mujer joven, rubia, desarrapada, mal peinada, excesivamente delgada, parecía una fantasma –pensó-
No hizo mas caso, se sentó entonces en el banco calentito de madera, reliquia de días contados, y de gusto con encanto a la par que práctico para los bajos de cada cual, miró con dejadez el cartel luminoso, faltan diez minutos, se dijo para sí y se acomodó nuevamente, dejó el maletín en el asiento y guardó sus manos en los bolsillos de su abrigo, dejando conscientemente que su mirada se perdiese en un punto en la lejanía, en el andén de enfrente, mientras con placidez abandonaba su mente a un viaje vago a través de los tiempos, de los sueños o los deseos.
A pesar de aquella situación de mala suerte, sentía un cierto regusto en permitirse, un espacio de pensamiento, unos minutos de estar consigo mismo, sin remordimientos, sin historias…

VISPERAS
…El BMV no corría, prácticamente volaba sobre el asfalto, con sus potentes faros iluminaba aquella inmensa oscuridad que cubría las afueras, miró el reloj del salpicadero mientras ella, apuraba sedienta el último trago de la botella, ¡esto no engorda!, ¡sin problema!
Se contemplaron y en falsa euforia de camaradería volvieron a reír. No importaba lo que quedase de aquel encuentro, ni siquiera importaba los comentarios que hiciesen quien los hubiese visto juntos, sólo se dejaban llevar.

MAITINES

Abrió su maletín lentamente, disimulando con exceso, intentando no darle importancia, aún le quedaba tiempo, el letrero así lo decía, entonces tocó con su dedo pulgar el recipiente metálico, la petaca, se aseguró que nadie a su alrededor fuese lo suficientemente imprudente para mirar, ni siquiera la chica, aquello era algo personal, particular, sólo suyo; Acaricio el recipiente, sintiendo la frescura del líquido que contenía, lo saboreó en su mente, concentrando los sentidos, la boca se le hizo pasta y decidió por fin echar un “traguín”, el médico no le iba A decir nada por un sorbito. El único que podía acusarle era su hígado, pero últimamente parecía que se estaba portando bastante bien, más aún, percibía desde hacía ya algún tiempo que todo mal físico se superaba, con tan sólo un poco de concentración.

Mojó sus labios y exprimió hasta la última gota de aquella esencia magnífica, percibiendo el ardor que suponía el recorrido desde su garganta hasta la boca del estómago.
Erizó la columna vertebral cuadrando su postura sedante, mientras una niebla espesa cortinó su visión
Un vehículo de gran cilindrada embestía brutalmente contra la pared de una estación de tren mientras el conductor alcoholizado reventaba el parabrisas sin contemplaciones. En el asiento derecho, el del copiloto, se percibía lo que parecía una muñeca humana teñida de rojo.
Guardó la petaca en el bolsillo derecho de su abrigo observando como la cortina de humo y la película que acababa de contemplar, era arrastrada a cola del tren que nuevamente acababa de perder.

Sintió una rabia brutal, un sudor frío que recorría su frente, tensó los músculos, apretó los puños, ¡mierda, mierda, mierda! –gritó para los adentros, no sabía cuantas veces había dejado pasar el tren ¿y ahora que? dijo esta vez en voz alta, siempre cada día le pasaba lo mismo, será la última, no habría más despistes, esto le podría costar el trabajo. ¡Quiero otra oportunidad! volvió a gritar, mientras espoleó el banco de madera donde continuaba sentado. ¡Una última oportunidad por el amor de Dios!

La dama pareció despertar del sueño, levantó su cabeza como quien quiere saborear el calor del sol, apartó entonces sus cabellos, dejando mostrar unos bellos ojos tristes, se desperezó sin disculpas, mientras se dirigía a las escaleras de cambio de vía.
¡Vaya, no es ningún espectro!, pensó, resulta que está viva, y por cierto que es muy bella.

Subió las escaleras como quien lleva a sus espaldas una gran carga, una enorme mochila de penas, había despertado por fin, así se decía, apartó nuevamente los cabellos de sus ojos, se atusó con los dedos ahuecando la melena, sacó entonces un alfiler de no sé donde, pinchando uno de sus dedos, una gota púrpura apareció reluciente, mientras con el otro dedo lo restregaba en sus pálidas mejillas.
Miró el reloj de la estación, ¡hoy sí, es la última oportunidad! De la boca del túnel surgió una brisa fría, mientras un gran ojo luminoso vislumbraba la presencia de un nuevo tren de horas punta.
Esta vez decidió levantar su palma derecha a modo de saludo a aquel monstruo metálico que la rebasaba, era la señal, lo pactado con aquel que un día y en la misma estación y a la misma hora, prestó sus oídos y su tiempo donde depositar aquello que la pasaba.
Una chisa de esperanza, o un suspiro en el desierto, un aquí estamos o un ya me importa un bledo, había sido las contradicciones en las que se había movido cada mañana, sentada en el único sitio donde nada ni nadie la increpaba, o la acosaba, en el mismo andén, en el mismo lugar; Miró su mano diestra, su dedo pulgar, aún supuraba del alfilerazo y decidió retocar sus labios a modo de carmín, era un truco de última hora que había aprendido en las pasarelas al desfilar. ¡Los representantes y las grandes marcas, no sólo miran las vestimentas!

COMPLETAS

“Martes 10, joven modelo sufre aparatoso accidente, permaneciendo en estado de coma, mientras el conductor del vehículo muere en el instante, se desconoce su identidad; Las causas: exceso de alcohol y de velocidad”
El recorte del periódico estaba tan manoseado que no la costó ningún trabajo hacer una pelota.
Un individuo en el andén, bien vestido, la despedía desde el otro lado de la ventana, no podía ser, se dijo, él era quien hacía ya algún tiempo la llevó en un coche, después de un desfile de temporada, él era quien conducía y quien…
Guardó su petaca en el bolsillo del abrigo, mientras sin que nadie pareciese percibir su presencia, se diluía entre brumas

LA ESTRELLA FUGAZ


La tranquilidad, el sosiego, la calma eran la tónica dominante de aquel espacio en el firmamento; Una existencia que algunos de los miembros de la comunidad habían llegado a tachar de tedioso.
En un Universo donde el caos era considerado lo normal, allí en la isla formada por millones de estrellas, lo único que atraía la atención de los miembros más jóvenes era la nube de gas y polvo cósmico, la nebulosa que se estaba formando en la lejanía.
Los mayores habían guerreado en su momento, era el tiempo de la lucha, la consolidación de posiciones, el marcar el espacio en un terrero donde el Caos y la Anarquía gobernaban.

La estrellita lo había soñado miles de veces, no solo quería ser y sentirse diferente a las demás, ser auténtica, o por lo menos intentarlo, sino que su espíritu aventurero le decía que para desarrollarse, para crecer, para cumplir su sueño debía viajar, salir del seno materno, de la comodidad y de la seguridad establecida.
Se sentía una estrella diferente, inquieta, como todas las jóvenes, aunque la realidad es que no había ninguna estrella igual. Cada una reflejaba la luz que en su interior llevaba. Pero ella quería ser una estrella fugaz, una estrella viajera y así se lo dijo a su familia. Sus padres se entristecieron cuando la pequeña estrella les indicó la decisión que había estudiado largamente: ¡ Quiero ver nuevos mundos y galaxias lejanas!. Quiero crear mi propio hogar, dar la oportunidad de conocer y equivocarme, ¡VIVIR!. Y así fue. Dicho y hecho, ¡no mirar atrás!.
Su primer encuentro fue acompañar a unos Meteoritos. Su vida era ir a toda velocidad sin miedo, sin impedimentos, ser una fuerza de choque en el universo, libres de ataduras; No había obstáculos que impidieran su paso, estaban confraternizados en una gran piña, camaradería irrompible. Habían conseguido reconocimiento y sobre todo respeto, o así llamaban a lo que en definitiva era Miedo. Pasados unos meses astrales la estrella se percató que eran in-solidarios, e intransigentes, al caído no se le esperaba, y la fuerza les cegaba. Su lema era "SIEMPRE LA LINEA RECTA". Y con eso todo se decía. El tercer mes los abandonó.
De nuevo comenzar, se debía limar más con quien se debía juntar . En su nueva etapa viajera se acercó a un agujero negro, era impresionante la capacidad de autosuficiencia que tenía, los que entraban en su órbita eran absorbidos. El agujero atraía y engullía. Debe ser un pozo de sabiduría - pensaba- ya que tiene todo lo que le apetece, "EL TENER ES PODER" debe ser lo mejor, ¡observaré!. Pero el segundo mes, la estrella lo dejó, no sin riesgo de su integridad ya que al intentarse marchar el agujero aumentó su potencia de captación. La estrella renegó de su gula, su lema era "SOLO EXISTO YO".

En la tercera etapa la estrella se encontró con un planeta azul, parecía una perla desde lo lejano, al acercarse vio a lo lejos un arco iris, era precioso, muchos colores recorrían su estructura; Pero aparecía y desaparecía con mucha rapidez, la estrella no le podía seguir. Su lema era "SOY UN REFLEJO BELLO - UNA ILUSION". No había nada tangible en él, sólo un espejismo que se desvanecía en segundos. Rápido lo rechazó.
La estrella empezó a cansarse, ¿Cuál era el objeto de su viaje?. ¿Tantas rupturas para nada?, Tal vez hubiese sido preferible la seguridad antes que la libertad .Siguió viajando y viajando y hubo un día que incluso creyó que había encontrado el fin del espacio, por lo que no merecía la pena continuar, había encontrado lo que llamaban "LA PUERTA DE LA FRONTERA".

Allí existían diminutas partículas de estrella, que brillaban con diferente intensidad, se hacían llamar "POLVO DE ESTRELLA" y no tenían lema, aunque todas se quejaban por todo lo que habían intentado pero que no habían conseguido. Cada una tenía una teoría, aunque todas pensaban que existía una confederación de fuerzas negativas, "los malditos electrones", que habían impedido que sus elevadas pretensiones tuviesen un buen fin; Los comienzos de todas habían sido esperanzadores, habían sido los motores del cambio allí en sus respectivas comunidades de origen.

La estrella se percató que eran restos de antiguas estrellas jóvenes que no se atrevieron a dar un paso más, eran como el saltador de trampolín que había empleado un gran esfuerzo en subir los peldaños pero que cuando llegó al borde miró a la piscina y no se tiró. Había viajado mucho, había hecho muchos sacrificios, no podía consumirse poco a poco, vivir sin haber vivido, ser efímera, pasar por la existencia de espaldas al resto. ¡Volvió a brillar!
Lo había entendido, no bastaba con viajar sin mas, no consistía solo en imitar a las demás.
¡Lo encontró!.Ya sabía cual iba a ser su lema, sólo había explorado en su interior, y allí estaba, al alcance ¡ Qué ciega había estado!. "NADA DAS, SI NO TE DAS ", esa era la frontera, ese era el más allá. Ese era el principio y el fin.
Atravesó con ímpetu y soberbia la tela invisible que separaba ambos lados de la frontera, se despojó de todo miedo, no miró a su espalda, arremetió con todas sus imperfecciones.
¡Y lo perforó! Se sentía una estrella nueva, limpia, más brillante que nunca; Sobrepaso no solo la barrera de lo físico, estaba creciendo, de su interior emanaba una luz impresionante, algo que no se podía guardar sólo en su interior.-UNA SUPERNOVA-
En su seno acogió la fuerza positiva del meteorito, la atracción libre del agujero negro, el color real del arco iris, la ilusión verdadera de las estrellas jóvenes…Generó una luz intensa, un imán gigante de atracción, un calor acogedor y creador de vida. Desde su nuevo centro contempló como nuevos mundos se creaban entorno suyo, nuevos planetas, nuevas estrellas.
Sus padres desde la lejanía sentían su calor y su luz, se sentían orgullosos por haber ayudado a crear un nuevo Sol: "Su pequeña estrella fugaz" - Una Estrella que lanzaba luz....
El nuevo Sol sonrió, observó como en un rincón del Universo una pequeña estrella se empeñaba en romper su frontera. Tan sólo...................Le dio su calor.

jueves, 1 de enero de 2009

NO A LA ASIGNACION TRIBUTARIA A LA IGLESIA CATOLICA...de momento


Si fuese Ateo, agnóstico, o de alguna religión que no fuese la Católica, seguramente la gente entendería fácilmente la postura por la que apuesto:”NO a la asignación tributaria a la Iglesia Católica”; Ahora bien, parto de un postulado totalmente diferente, es decir, soy católico por voluntad y no por tradición y fruto de tal creencia, me siento comprometido con el mundo en el que vivo, participando activamente en mi entorno a través de asociaciones vecinales, partidos políticos y movimientos ecologistas y sindicales.
¿Cuál es el fundamento para apostar negativamente por la asignación? Reconozco que principalmente mi negativa partió como oposición y rechazo a las manifestaciones de la Iglesia Católica contra lo que ellos llaman “apuesta por el estado Laico” –aconfesional sería lo apropiado- aunque la Constitución lo recoja en los artículos 10.2, 14 y 16), su oposición a despenalizar la homosexualidad en el mundo (amenaza homosexual, ha dicho el actual Papa), su oposición a investigar con células madre, al uso de embriones, su oposición a la utilización de profilácticos para evitar el contagio del Sida, su oposición radical a la asignatura de educación para la ciudadanía, cuyo argumento es que son los padre los que deben educar moralmente a sus hijos, ¿y ellos no educan?, en fin, etc., etc.
La iglesia Católica es algo más que oposición, aunque parezca mentira, pero sin embargo muestra una imagen y tiene un comportamiento como Institución que está minando otros aspectos dignos de mencionar (lucha contra la pobreza, contra la marginación, a favor de la integración, lucha por el medio ambiente, por la igualdad entre hombres y mujeres etc.) y en las que trabaja activamente mas de un cristiano comprometido.
Me duele en el alma cuando oigo por las ondas de la cadena de la Iglesia, vociferar barbaridades e insultos ¿o no?, me duele en el corazón cuando se manifiestan en la Plaza de Colón los Obispos y dicen que la “democracia corre peligro por los ataques a la familia Cristiana” ¿o no?, me duele con fundamentación, que la iglesia hiciese estas manifestaciones tomando partido por un grupo político justo en el cierre de campaña del mismo ¿o no?. Y un dato, recordar que por Ley 42/2006 y con gobierno socialista, la financiación pasó de un 0,35 a un 0,70 sobre la cuota integra, ¿de qué estamos hablando? ¿Está siendo perseguida la iglesia?, ¿tal vez se la está marginando?...Sean serios ¡Por Dios!
Soy católico y reconozco la labor que hace la misma y entiendo que como Institución, como otras muchas, deba tener derecho a una financiación, y subrayo, “como otras muchas” porque sí puedo entender que a las Instituciones Religiosas se les exonere de pagar impuestos tipo IBI, o que se confiera al matrimonio católico (religioso) efectos civiles, lo entiendo, o lo respeto, por aquello de la tradición de este país, pero no puedo entender, ¡ahora no! Que con mi dinero –y así opto negativamente- se financie más, a esta Iglesia con la que no me siento identificado; Iglesia que emplea un porrón de dinero en hacer campañas publicitarias para que se opte en el impuesto para su financiación.
Si la iglesia católica, a la que quiero, para que conste, sigue empeñada en llenar sus arcas a través de los beneficios de oradores incendiarios, insultantes, y mil veces condenados por la justicia o intenta fijar su posición en un constante enfrentamiento no fundamentado, reaccionario y partidista, entonces sí diré definitivamente NO contéis con mi aportación para la financiación de la iglesia católica.

EXPLOXION DE ALEGRIA 2009